Ventas, el prójimo y covid-19.
Por: Reynier García Vistorte, 28 de Marzo de 2020
En tiempos de crisis afloran todo tipo de sentimientos. Los más nobles pero también, los más… no tanto.
Casi todos quieren guardar para luego, tener un poco más por si acaso, la alerta se convierte en alarma, se generan precauciones y es cierto que ninguna en consideración está de más.
Luego los surtidos escasean, las demandas superan los picos más elevados y con ello, los que ofertan, tienen en su mano un tipo de poder, en todo el sentido de la palabra, capaz de doblegar a sus pies, al necesitado, como el más fiel de los clientes.
Los dueños de negocios al día de hoy, sobre todo los vinculados con necesidades básicas como alimentos, aseo, comunicaciones, transporte, plomería, electricidad, costura entre otras no menos imprescindibles, tienen en su mano la opción de mantener un precio acorde a su servicio, teniendo en cuenta, por qué no, que se les necesita, que están haciendo un bien social, que su aporte también determina los cursos de la vida de nuestra gente y con ello la medida en que superen la situación que reparte agobio para todos.
Por otra parte se puede elegir la opción de aprovecharse y subir precios, aunque los costos sean los mismos, porque simplemente ahora es el momento oportuno de ganar el doble u otra fracción ventajosa, frases como «yo lo siento pero tengo que resolver», «que tú quieres si no hay» o «cada quien que resuelva como pueda».
Se manifiestan subidas de precio, naturales en las crisis, pero no por ello justificadas para exacerbar al cliente, ganancias desaforadas y poner de rodillas a quienes han sostenido nuestro negocio durante mucho tiempo. La carne de cerdo, es un ejemplo vivo de la ley del más fuerte. De ésta se saldrá y nuestras acciones en las malas, serán una de las mejores cartas credenciales de la fidelización en las buenas. Decida ud, que traje elegir en tiempos donde se muestra de que estamos hechos, si se es «hombro» o «garrote», si detrás del dueño, gerente o administrador hay un ser humano, consciente, con un alma y un corazón. ¡A cuidarnos entre todos y para todos¡